Finalmente llegó el día que muchos esperaban con ansias, el regreso de los festivales de gran formato al aire libre en Madrid después de treinta y tres meses. El equipo de Boombox tuvo la oportunidad de estar presente en el evento y las sensaciones no pudieron ser más positivas. El responsable de este gran éxito es, sin duda alguna, elrow, quien transformó el recinto ferial de Mad Cool en un mundo lleno de sensaciones, baile, diversión y, por supuesto, mucho confeti. Toneladas de confeti. Es cierto que hubo algunos contratiempos, pero la percepción general de los más de 35,000 asistentes fue positiva. El primer elrow Town en España superó con creces las expectativas.
Se extrañaba la emoción que provoca un evento de esta magnitud. Lo que pudimos vivir en primera persona el pasado viernes es difícil de describir con palabras. Fue una experiencia compleja y emocionante, llena de pasión y entusiasmo, que solo se puede sentir en un festival de música electrónica en vivo, algo que todos habíamos estado anhelando. El elrow Town fue el primer festival después de la pandemia para miles de personas, incluyéndome a mí, lo que aumentó aún más la emoción en el ambiente.
Hubo muchas cosas que salieron perfectamente en el elrow Town, pero lo primero que quiero destacar es la ambientación. Elrow creó un mundo increíble a lo largo de varias hectáreas en el recinto, impresionante desde cualquier ángulo, especialmente desde la zona VIP, donde se puede disfrutar de una vista impresionante. Los tres escenarios principales estaban bastante cerca entre sí, lo que permitió saltar de set en set sin perderse dos canciones. A pesar de la gran cantidad de personas que se esperaban, nunca hubo una sensación de agobio o tensión en la pista de baile, ya que los espacios estaban perfectamente organizados. Además, los recursos utilizados por elrow (confeti, ambientación, figurantes…) fueron realmente numerosos. Fue un evento que entusiasmó y sorprendió a muchos asistentes que habían estado en varios eventos de elrow, pero dejó totalmente boquiabiertos a los miles de personas que nunca habían asistido a un festival de esta magnitud. Elrow Town nos hizo un poco más felices a muchos de nosotros y nos recordó por qué amamos la música electrónica en vivo.
Cuando se lleva a cabo un evento de esta magnitud, se deben tener en cuenta cientos de factores. Estamos seguros de que elrow y Live Nation los tuvieron en cuenta, ya que no son promotoras novatas en el mundo de los macro-festivales, aunque sí hubo algunos detalles a mejorar. El más evidente fue el de las barras. Quizás faltaron más trabajadores en este área, ya que los tiempos de espera para conseguir una bebida fueron más largos de lo deseado, a pesar del sistema cashless de pulseras utilizado por elrow. Otro detalle que se debe destacar, aunque quizás sea más difícil de controlar, fue la gran cantidad de barro y fango que se acumuló en algunas partes del recinto.
En términos musicales, que es lo más importante después de todo (aunque en elrow a veces queda en segundo plano debido a tanta y tan elaborada parafernalia), creo que el evento fue casi perfecto y que los artistas disfrutaron tanto o más que los asistentes a elrow Town.
A diferencia de lo que suele ocurrir fuera de nuestras fronteras, en España siempre hemos sido más de eventos nocturnos. Sin embargo, muchos comenzaron a llenar el recinto del Mad Cool desde temprano. Las ganas de volver a pisar un festival eran grandes y la oferta musical que ofrecía elrow Town desde el mediodía, con grandes nombres como Andrea Oliva, Latmun o Lilly Palmer, hacía difícil retrasar la hora de entrada al recinto. Después de pasar los controles de acceso, que a diferencia de otros lugares estaban bastante descongestionados y funcionaban con rapidez, y de quedar maravillados con todo lo que veíamos, optamos por el escenario Nowmads, donde tocaba la última.
A pesar del horario, la alemana ofreció mucho poderío bajo la inmensa y colorida carpa, que ya estaba llena, con un set que demostró que si todavía hay alguien que piensa que no se puede escuchar techno en elrow, está muy equivocado. Y, por supuesto, si hablamos de techno, también tenemos que hablar de Adam Beyer. Si bien es cierto que su set, a diferencia de lo que nos tiene acostumbrados en otros eventos, no fue tan duro como en otras ocasiones para adaptarse al lugar, el horario y el ambiente, esto no impidió que Adam regalara a los muchos miles de asistentes en su escenario un set con momentos muy contundentes y una amplia variedad de registros.
Después de un comienzo de jornada muy potente, decidimos bajar el ritmo y disfrutar del escenario principal. Dentro del enorme barco de “El Triángulo de las Rowmudas” y bajo el sol abrasador, Kölsch inició su set a las 17:00h ante la mirada del gran pulpo que coronaba el escenario y rodeado de un grupo de hinchables y figurantes que creaban una atmósfera mágica. El danés nos sorprendió con una primera parte de su set muy bailable pero menos melódica de lo habitual, para luego retomar su sonido característico y algunos de sus temas más reconocidos, como “Grey”, “Loreley” o su emotivo remix de “Hell To The Liars” de London Grammar.
A continuación, Paul Kalkbrenner tomó el relevo en lo que sería su primera actuación en Madrid desde octubre de 2019 con “Feed Your Head”. Cuando ya has visto al alemán varias veces, sabes que no puedes esperar muchas sorpresas en cuanto a su repertorio, ya que aunque el orden de las canciones suele cambiar, la selección se mantiene prácticamente igual. No obstante, esto no impidió que Kalkbrenner nos regalara una hora y media inolvidable, con las emociones a flor de piel y temas que son ya himnos, como “No Goodbye”, “Aaron” o el archiconocido “Sky and Sand”.
Diecinueve horas de baile, diecinueve horas de momentos inolvidables, sorpresas y amistades nuevas. Eso es lo que nos dejó elrow, una experiencia única, una vivencia en la que te sumerges en una explosión de colores y sonidos. Un evento que te hace olvidar los problemas y te envuelve en un ambiente de diversión y fiesta, independientemente de si eres amante de la música electrónica o no. Es un espectáculo al que puedes ir con tus amigos, pareja o compañeros de trabajo, una fiesta apta para todo el mundo.
